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Estamos en el siglo XXI y las cosas parece que han cambiado. Vivimos en un mercado Global en donde el tráfico de mercancías es una constante si bien es cierto que siempre han existido flujos de comercio entre países, tal vez, la diferencia con los tiempos que corren sea la fluidez y velocidad a que se desarrollan los mismos.
En
el mundo actual no podemos como empresa estar al margen de esta realidad, hoy
en día la competencia llega por todos lados, al margen de que no seamos una
empresa exportadora tenemos que tener en claro que existen empresas exteriores
que compiten con nosotros en nuestro mercado local a través de las
importaciones. Las cuotas de mercado son cada vez más reducidas por lo que para
sobrevivir en este mundo debemos permanecer activos y atentos sobre el entorno
que nos rodea.
Pues
bien vivimos en un mundo comercial internacionalizado, ahora la decisión pasa
por si nos atrevemos a dar el paso hacia delante y competir en mercados
foráneos de forma activa, es decir, como damos ese paso a eso que llaman
EXPORTAR.
El
proceso de internacionalización de una empresa y ser parte del comercio
exterior, es decir, ser exportadores activos de nuestros productos no es un
proceso sencillo aunque tampoco imposible de conseguir, existen sobrados
ejemplos de pequeñas empresas que han logrado insertarse en el comercio
exterior con esfuerzo, tenacidad y profesionalismo.
El
proceso de internacionalización de una empresa es una carrera de fondo, es una
tarea que implica un esfuerzo constante y todas las personas que forman parte
de la empresa deben tener en claro que los resultados no se consiguen de la
noche a la mañana, es una estrategia donde toda la organización debe girar hacia
una filosofía implicada con este proceso, sin este cambio de mentalidad los
esfuerzos serán en vano y los objetivos tal vez no se consigan.
Realizar
un esfuerzo sin saber como hacerlo puede implicarnos gastos que luego no se
rentabilicen y la diferencia entre un gasto y una inversión es la rentabilidad.
Desarrollarnos
en mercados externos y llegar a participar de forma activa en ellos implica un
proceso de aprendizaje y como todo proceso de aprendizaje tiene sus tiempos por
lo que la precipitación nos puede conducir al fracaso.
Es
necesario desarrollar una estrategia y para
ello necesitamos recabar información detallada sobre todos los aspectos
que implica el proceso de internacionalización, la investigación de los
posibles mercados, gustos, costumbres y cultura son tareas necesarias y no las
podemos contemplar como un gasto sino como una inversión y para ello es
necesario contar con los recursos humanos y financieros adecuados para este
proceso.
La
inversión en la investigación y planificación de una estrategia nos conducirá a
evitar posibles errores y gastos de tiempo y capital innecesarios en el futuro.
Lo que
debemos tener en claro es que lograr estos cambios en nuestra empresa no puede
ser tomado como algo a la ligera, no podemos esperar resultados inmediatos ya
que, como todo en esta vida, todo forma parte de un proceso, sino tenemos claro
esto el fracaso esta garantizado.
Así
que ya sabemos si queremos tener éxito en el mercado internacional debemos
esforzarnos e invertir en nuestro desarrollo como empresa, hacer las cosas de
forma seria y trazando una hoja de ruta con objetivos, el mercado internacional
es altamente exigente y nadie gana improvisando.
Saludos a todos.
Gracias por leerme.
Ariel Giacinti.
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